ERGONOMIA DESDE EL CUERPO

La ergonomía como disciplina va mucho más allá de disponer del mobiliario adecuado. se ocupa también de disponer el mobiliario de forma que facilite los procesos y cuida también de todo lo que rodea a los usuarios (luz, temperatura, calidad del aire, interacción con los objetos e incluso procesos de trabajo). 

En mi trabajo uso el cuerpo y enseño a usarlo para llegar a una comprensión mucho más profunda de qué significa y cómo favorecer la mejor ergonomía para cada usuario. 

Pero por alguna parte hay que empezar. Así que esta propuesta consiste en presentar todos los factores que ayudan entender la dinámica corporal, cuidarla, aprender a interactuar con los cuerpos de forma muy sensible y atenta como primer paso para ser los mejores ergónomos y, por lo tanto, que ese aspecto en nuestro diseño sea impecable.

Para ello no es necesario estudiar anatomía de forma exhaustiva ni dedicar un tiempo exagerado a la revisión y el análisis de los usos corporales en el entorno laboral (o personal). 

Con algunos parámetros clave y un poco de estrategia conseguiremos afinar un criterio de observación que nos permitirá gestionar y revisar las diversas situaciones, evaluarlas y corregir lo que sea necesario. Así, nos iremos impregnando de las diversas capacidades de observación y análisis que nos permitirán diseñar de forma autónoma en el futuro.

Como hemos comentado, la ergonomía se preocupa de mucho más que del análisis postural: implica prestar atención a los procesos y observar todo el entorno en el que se desarrolla una acción. 

Esto es muy afín a nuestra perspectiva al plantear un nuevo modelo de análisis. También tiene en cuenta algo fundamental para nosotros: la salud es mucho más que una postura correcta; implica acoger todas las necesidades físicas y emocionales: los momentos para el descanso, los momentos activos, cambios y adaptaciones múltiples y la posibilidad de diversas tipologías en un entorno que cuide de la persona para y le ofrezca las mejores opciones, cosa que inevitablemente repercute en el mejor rendimiento de cualquier empresa y la satisfacción de todos los agentes implicados en ella.

Así que, sí, hemos desarrollado un sistema propio de análisis ergonómico, por a convicción de que los análisis ergonómicos standard siguen mirando el cuerpo como un sistema básicamente mecánico. Un gran error y una mirada a superar.

El cuerpo es un organismo marcado en gran medida por elementos que tienen mucho más que ver con el movimiento y el cuidado psico-físico que con la idea convencional de posturas y la productividad. Por ello, cuestionamos tanto la idea de postura como las nociones mecánicas que vienen marcando los análisis ergonómicos y nos centramos en una observación mucho más dinámica del cuerpo y sus procesos.

Aunque parezca un propósito tremendamente ambicioso, se trata más bien de un ajuste de la perspectiva, de una mirada mucho más cómplice con las necesidades fisiológicas y psicológicas de las personas. Se trata de una perspectiva que concibe el cuidado como la mejor forma de optimización laboral. Por lo tanto, se opone a la idea de que las personas encajen en los patrones que las oficinas, las fábricas, las cocinas o los talleres disponen por lógica productiva. Nuestra perspectiva busca una integración entre esa lógica de la producción que necesariamente condiciona el entorno de trabajo y la consideración debida a las necesidades psico-físicas de personas. 

Por otra parte, este tipo de análisis ergonómico implica también un proceso de revisión y re-aprendizaje de algunas de las nociones sobre el uso corporal que se han ido superando en las últimas décadas, especialmente en relación a lo que concebimos como «posturas correctas». 

Así que esta es una formación que necesariamente se complementa con una nueva educación postural. Este curso, este aprendizaje nos va a invitar a observarnos y nos dará las claves para sostener mejores posturas durante mas tiempo. A su vez, nos alentará a proponer nuevas situaciones de movimiento y uso corporal en los entornos laborales: más movimiento, descansos activos, posibles nuevas dinámicas en la realización de las tareas y la capacidad de acoger distintas «personalidades de movimiento» en el entorno.

Es una perspectiva emocionante.